El complejo industrial de Hirschvogel abarca una propiedad de 11 hectáreas en el estado de Querétaro, en el altiplano central de México. En los últimos 15 años, Querétaro se ha convertido en un importante centro de la industria automovilística mexicana y ha atraído a muchas empresas alemanas de tamaño medio. Este es también el caso de la empresa bávara Hirschvogel de Denklingen, un proveedor mundial de la industria del automóvil en el ámbito de la conformación de sólidos de acero y aluminio y su posterior procesamiento.

Fueron necesarios importantes movimientos de tierra para desarrollar la propiedad. En total, se movieron unos 300.000 metros cúbicos de tierra. Un muro de contención de 7 metros de altura separa la parte inferior, accesible desde la calle, donde se encuentran los aparcamientos y el acceso general a las oficinas y a la fábrica, de la parte superior, destinada únicamente a la producción industrial.

Como la roca basáltica estaba principalmente en el suelo, parecía obvio construir el muro de contención con este material, que es un método de construcción común para los muros de contención en México. Este método de construcción era mucho más barato que un muro de contención de hormigón convencional debido a los bajos salarios de los trabajadores de la construcción.

Sin embargo, el muro de contención también se convirtió en un importante elemento de diseño, que puede leerse como un sótano sobredimensionado sobre el que descansa el edificio administrativo. Está compuesto por materiales de fabricación industrial (vidrio y aluminio) y crea un contraste de diseño. De este modo, el conjunto encarna la interacción entre la artesanía mexicana y la precisión alemana y simboliza el encuentro de dos mundos diferentes.

La entrada del personal está a nivel de la calle; para superar la diferencia de altura con las instalaciones de producción de arriba, una zona de entrada y acceso luminosa en forma de atrio cubierto recorre todo el edificio de tres plantas y conecta los vestuarios de la planta baja con las instalaciones de producción de la parte superior. Las oficinas administrativas y las salas sociales, como el comedor, se encuentran en la planta intermedia. El atrio se convierte así en un centro de comunicación natural que está en el corazón del proyecto y difumina los límites entre los empleados azules y blancos.
La primera fase del proyecto comprende unos 24.000 metros cuadrados de superficie construida y se completó en 2018. Actualmente se están planificando otras fases en la zona trasera de la propiedad.
